Durante mucho tiempo, “comer entre comidas” se consideraba un hábito poco saludable. Las opciones más accesibles solían ser ultraprocesadas, con exceso de grasas o azúcares y pocos nutrientes. Sin embargo, esa percepción empezó a cambiar. Hoy, muchas personas eligen snacks que no solo sacian, sino que también aportan energía y bienestar.

En ese camino, empresas como Nutriveg se suman a una tendencia que gana espacio en el país. Con productos elaborados a base de ingredientes simples y vegetales —como barras de frutos secos, granolas o pochoclos sin TACC y sin conservantes—, buscan ofrecer alternativas prácticas, inclusivas y nutritivas para distintos estilos de vida.

Comer bien también puede ser práctico

Este cambio refleja una búsqueda más amplia: comer de manera equilibrada, sin dejar de lado la comodidad. La alimentación cotidiana se adapta a rutinas intensas, pero sin perder de vista la calidad. En ese contexto, los snacks saludables aparecen como una opción intermedia entre la comida rápida y una preparación casera.

Para quienes siguen dietas vegetarianas o veganas, esta tendencia también significó una apertura. Cada vez hay más propuestas que acompañan distintos hábitos alimentarios, sin exclusiones y con foco en lo nutritivo.

Una nueva mirada sobre los snacks

“El desafío fue demostrar que se puede snackear mejor, con practicidad y sin resignar sabor”, destacan desde la compañía. Ese enfoque resume una transformación que va más allá del mercado: una forma distinta de entender qué significa comer bien, sin extremos ni etiquetas.

Más que una tendencia pasajera

El auge de los snacks saludables no busca reemplazar comidas ni imponer reglas, sino ampliar las opciones para quienes quieren cuidar lo que comen sin complicaciones. En ese sentido, más que una moda, representa una nueva manera de relacionarse con la alimentación cotidiana: una que combina disfrute, simplicidad y conciencia.