Carlos Tevez volvió a quedar en el centro de la escena este domingo por una jugada que ocurrió a los 3 segundos del partido que Boca perdió con Talleres, en el que el delantero le metió un planchazo a Tomás Pochettino por el que recibió una amonestación, pero que bien podría haber significado su expulsión del partido.

"Pensé que llegaba a la pelota, lo piso a (Tomás) Pochettino y fue innecesario. Lo quiero correr y le piso sin querer el gemelo, enseguida me di cuenta que le había pegado. Me quedó en la cabeza, fue sin querer", detalló el Apache sobre esa jugada en declaraciones a ESPN. Y agregó: "No juego para hacerle mal a nadie. Siempre jugué con garra y huevos. Lo que pasó el otro día con el arquero de Newell s (Alan Aguerre), yo lo quise saltar y le di con la rodilla en la boca. Son situaciones de juego. Son situaciones de partido".

En ese sentido, el capitán del Xeneize se refirió al duro momento personal que está atravesando debido al estado de salud de su padre, quien está internado desde hace algunas semanas. "Es muy duro. Tengo sensaciones muy complicadas. Por un tiempo estoy bien. En el entretiempo a veces me largo a llorar. Son momentos difíciles. Viernes o sábado ir a visitar a mi viejo y después salir entero para jugar al fútbol, algunos me dicen dónde saco las fuerzas. Lo importante es que estoy fuerte, gracias a la gente de Boca, si no estuviera disfrutando acá, estaría en mi casa", sostuvo.

Por otro lado, Tevez opinó que la derrota ante el conjunto cordobés -la primera de Miguel Ángel Russo desde que volvió al club- servirá para darle al equipo "un golpe de realidad" previo a los octavos de final de la Copa Libertadores.

"No es excusa que falten compañeros (por las convocatorias a Selecciones). Esta camiseta es muy grande y no hay que pensar en falta de nombres", concluyó.