Las heridas luego de la derrota en el clásico contra Racing todavía duelen en Independiente, que este lunes, se salvó en el tiempo de descuento de profundizar sus males. En su casa, el Rojo consiguió un agónico empate ante Arsenal por 1 a 1, un resultado que no hizo más que maquillar una noche caliente en Avellaneda.

A los 14 minutos de juego, el equipo de Sarandí se puso en ventaja por medio de una buena jugada preparada que concretó en la red Gastón Álvarez Suárez.

Con el correr de los minutos, los murmullos fueron bajando cada vez más desde las tribunas del Libertadores de América hasta que se transformaron en silbidos e insultos en contra de los jugadores y la comisión directiva encabezada por Hugo Moyano.

El estadio era una caldera hasta que el reloj marcó el minuto 49 del complemento. El árbitro Nazareno Araza cobró una falta que no existió sobre Alexander Barboza en la puerta del área, y Leandro Fernández marcó el empate. Insólitamente, el delantero se sacó la camiseta para festejar el gol y fue expulsado por doble amarilla.

"Es una vergüenza el tiro libre que cobró el árbitro en la última jugada del partido. No hubo falta sobre Alexander Barbosa de ninguna manera. Le regaló el último tiro libre al local, porque parece que no podía perder Independiente", disparó Sergio Rondina, el entrenador de Arsenal, tras el partido.