No hay dudas. Cualquier director de cine bien pudo haberse inspirado en la definición de la Superliga para su próxima película. Porque al guión de la definición del campeonato no le faltó nada.

Tuvo emoción de la mano de Diego Maradona y su vuelta inolvidable a La Bombonera. Tuvo romance con el pico entre el técnico de Gimnasia y Carlos Tevez. Tuvo vértigo con un minuto a minuto simultáneo y sin escalas desde La Boca hasta Tucumán. Tuvo suspenso cuando Boca no encontraba el camino para romper la defensa de Gimnasia, mientras River empataba y acariciaba la conquista. Tuvo un héroe sin capa en la piel del capitán xeneize. Tuvo desazón en el Millonario, que pasó la mayor parte de estos 90 minutos con el título entre sus manos y se le escapó. Y tuvo felicidad total para todo Boca, que volvió a gritar campeón.

La Bombonera estalló a los 20 minutos de juego con las noticias que llegaban desde Tucumán, por que el Decano se puso en ventaja con un gol de Javier Toledo. En ese contexto, el título debía definirse en un desempate.

Pero a diez minutos del final del primer tiempo, el equipo que dirige Marcelo Gallardo encontró la igualdad por medio de Matías Suárez, y así, volvía a adueñarse momentáneamente del campeonato.

El complemento transcurría y a los dirigidos por Miguel Ángel Russo le costaba quebrar la sólida defensa del Lobo. Hasta que a los 27', apareció Tevez, ese que en los últimos partidos volvió a reencontrarse con su nivel, y metió un bombazo desde afuera del área que empezó a definir la historia.

Una historia que hizo latir los corazones hasta el último segundo, cuando en Tucumán Patricio Lousteau decretó el final y en La Boca se desató la fiesta.