El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, volvió a pronunciarse sobre la política económica del Gobierno y apuntó directamente contra la gestión de Luis Caputo, a quien acusó de llevar adelante medidas que, según advirtió, generan “estancamiento y desconfianza”.
En su análisis, planteó que “el problema fundamental es que no está definido cuál es el sistema monetario, financiero y cambiario del país”, algo que a su criterio amenaza con “frenar la recuperación y poner en riesgo la estabilidad lograda tras la eliminación del déficit fiscal”. En ese marco, criticó que “se usa la inconvertibilidad para bajar la inflación mediante controles de cambio, un tipo de cambio oficial discrecional y operaciones con futuros”, prácticas que definió como “parches que no resuelven los problemas de fondo”.
Si bien reconoció como un avance la corrección fiscal, advirtió que “sin una reforma monetaria de fondo, la economía corre el riesgo de volver a un escenario de inflación o caer en una recesión prolongada”. Y remarcó: “Se eliminó el déficit, pero la inconvertibilidad del peso es insostenible a largo plazo. O se reforma el sistema ahora o vamos a pagar las consecuencias más adelante”.
Como alternativa, Cavallo propuso “declarar la libre convertibilidad del peso y eliminar los controles de cambio”, además de “permitir que bancos y financieras intermedien en dólares y otras monedas convertibles en igualdad de condiciones con el peso”. A ello sumó la necesidad de “prohibir la emisión monetaria para financiar déficit, autorizándola solo para compra de reservas o mercado abierto” y de “facilitar que los depósitos y créditos puedan realizarse en cualquier moneda convertible”.
En su diagnóstico sobre la coyuntura reciente, señaló que “la actividad se estancó desde marzo por el encarecimiento del crédito y la suba de tasas” luego de la recuperación registrada entre abril de 2024 y abril de 2025. También sostuvo que “el tipo de cambio oficial se acerca al techo de la banda” y que “las expectativas devaluatorias aumentan hacia fin de año”.
Finalmente, sugirió que “el tipo de cambio se debería determinar libremente en el mercado” y que la función del Banco Central debería limitarse a intervenir bajo un esquema preestablecido. “Podría intervenir para comprar reservas según un plan preanunciado y, en circunstancias excepcionales, vender reservas”, explicó, aunque aclaró que “las ventas de reservas deberían ser únicamente un complemento a las acciones estabilizadoras del tipo de cambio, basadas en el manejo de los encajes bancarios, preferentemente marginales, y las operaciones de mercado abierto”.